No sé por donde empezar.
He llegado aquí, después de mucho tiempo, pero más triste que nunca. Solo hay lágrimas, de tristeza, de añoranza, de pena. Miro el pasado y mi presente y nada me índica que deba sonreír. Hoy el cuerpo solo me pide expulsar todo aquello que lleva meses ahogado dentro de mí, todos esos sentimientos, frustraciones o miedos que no me dejan sacar esa sonrisa que durante tanto tiempo me caracterizó.
Hoy vengo a vaciarme y a querer ser una nueva persona. Hoy quiero ser hielo, indiferencia, piedra. Quiero ser todo lo duro e inquebrantable de este mundo. No quiero que nada ni nadie traspase más mi piel ni mis fronteras. No quiero que nada vuelva a calarme tan hondo como para romperme en mil y un pedazos. No quiero que nadie más que yo tenga la potestad y la oportunidad de hacerme daño, a pesar de ser nosotros mismos nuestros peores enemigos.
Hoy quiero volverme insensible ante todo aquello que me afecta, hoy no quiero necesitar más palabras de aliento o amor que las mías propias.
Necesito ser fuerte y mía.